lunes, 3 de octubre de 2011

MI RESEÑA DEL CONCIERTO DE MIKE PATTON Y FRED FRITH EN MÉXICO*

Los linderos de la creatividad: improvisando con la imaginación

La imponente sala Nezahualcóyotl, con su distintiva forma poligonal y considerada la sala con mejor acústica de Latinoamérica, fue la encargada de recibir a Mike Patton y Fred Frith en una sesión de improvisación musical que fue la carta fuerte del festival Radar 2011.
Una hoja con las palabras “localidades agotadas” adornaba las taquillas del inmueble desde un par de días atrás. No existen incómodas revisiones de parte del personal de seguridad en la entrada y con una perfecta puntualidad, el concierto arrancó a la hora prevista en el boleto.

El primero en salir es Fred Frith, un par de pasos atrás viene Mike Patton quien se olvidó de la elegancia de Mondo Cane y lució un atuendo casual.
El público se divide entre los que piden guardar silencio sepulcral para permitir la concentración de ambos músicos y los que gritan eufóricos como si se tratara de un concierto de rock.
El guitarrista inglés toma asiento y levanta su instrumento musical; en tanto que el cantante norteamericano se coloca frente a una mesa llena de aparatos electrónicos, un altavoz y varios micrófonos.

Fue improvisación en su máxima expresión, los dos músicos jamás intercambiaron miradas entre sí, no hubo setlist ni “canciones”, sólo podemos hablar de cinco improvisaciones.

La presentación consistió en Frith “anti tocando” su guitarra eléctrica: usó un arco de violín, unas baquetas, un pedazo de tela y hasta unas canicas, cualquier objeto que le sirviera para hacer vibrar las cuerdas de su instrumento era bienvenido.
Mientras que Patton emitía cualquier cantidad de gritos, murmullos, susurros, cacofonías y cualquier sonido que saliera de su garganta, lo procesaba añadiendo loops y sampleos.
El resultado de tener a ambos músicos sobre el escenario fue una avalancha de emociones. Pasamos de los sonidos tranquilos y relajantes a los dramáticos, caóticos y esquizofrénicos, todo en cuestión de segundos.

Al terminar su presentación, ambos músicos se mostraron agradecidos y se despidieron del público mexicano, pero los constantes aplausos y gritos de los asistentes hicieron que Mike y Fred regresaran al escenario para interpretar una improvisación más.
Fiel al sarcástico sentido del humor del vocalista de Faith No More, la última pieza que improvisaron en suelo mexicano fue breve y ruidosa, apenas llegó al minuto de duración, con lo que en suma, el concierto duró exactamente una hora.

Afortunados nosotros que pudimos ser partícipes de esta experiencia en la que el ruido resultó amigable y el pequeño zumbido en los oídos de todos al finalizar el evento fue el mejor recuerdo que nos pudimos llevar a nuestras casas.


* Texto que hice para la página de Radar:
http://www.radarunam.org/?p=1177

2 comentarios:

Phanny Winkz dijo...

Me hubiera encantado estar ahí :( cuando ya me entere era muy tarde, al fin una oportunidad que Mike vuelve a México y que nada, se me paso.
Buena reseña crítica, me da la impresión aún así de que Mike definitivamente tiene un apego notablemente más marcado por Chile, dices que no hablo ni nada, fue como que "Ya llegue, ya trabaje, ya me largue" Aún así, debió ser genial presenciar al gran Patton.

Ojala y vuelva, que ahora si me lanzo a verlo sin rienda suelta XD
Gracias por la reseña, siempre un placer leer de Mike *----*

Rodrigo R. Herrera dijo...

Claro, la relación entre Chile y Mike Patton se remonta a varios años atrás. Antes de venir a México, Patton estuvo en Chile presentándose con Mondo Cane y el próximo mes regresará a allá pero ahora con Faith No More.
Otro dato es que cuando viaja allá hasta da entrevistas a las estaciones de rario y programas de TV, en cambio ahora que vino a México su primera orden fue que no quería dar entrevistas a ningún medio. Pero ni modo, uno que es fan así lo soporta, já.