miércoles, 27 de abril de 2016

Reseña: Daddy Long Legs - The Stranger Rides Tonight 7" (FOLC Records, 2016)




Pasan los años y un género tan añejo y primitivo como el blues siempre encuentra nuevos ejecutantes y aficionados. No importa lo avanzado que se encuentre la tecnología ni las facilidades que brinda el mundo digital, siempre existirán músicos que opten por volver a las raíces en busca de intentar sonar como los guitarristas afroamericanos de las primeras décadas del siglo pasado y un claro ejemplo se puede apreciar con Daddy Long Legs.

La ciudad de Nueva York, con sus luminosas marquesinas y su intensa vida nocturna, aunque parezca una broma, fue el punto de encuentro de tres amantes del blues y toda la música barroca que se practicaba hace exactamente un siglo en los alrededores de los campos de algodón por esclavos que en lugar de vivir, sobrevivían a las infernales jornadas de trabajo impuestas por sus jefes blancos a cambio de un puñado de monedas.

El siguiente paso consistió en repartirse posiciones y fue así como Josh Styles eligió los tambores, Murat Akturk se posicionó en la guitarra y Daddy Long Legs se postró al frente como vocalista y el encargado de hacer llorar una pequeña armónica. Su siguiente objetivo fue ensayar mucho y grabar cada una de sus composiciones en el menor tiempo posible, tal y como hacían sus héroes musicales.

El camino no ha sido fácil pero en apenas un lustro el trío ha publicado una numerosa cantidad de sencillos, siendo Norton Records su principal hogar, aunque no el único. Como buenos aventureros, el trío no ha temido en abandonar sus hogares por tiempos prolongados para realizar giras por buena cantidad del territorio europeo y con motivo de su más reciente viaje por el viejo continente, el sello español FOLC Records les publicó el 7" de edición limitada The Stranger Rides Tonight, con dos temas que suenan tan negros como el vinilo en que se encuentran resguardados.

Cuando uno coloca el material en la tornamesa y posiciona la aguja sobre la cara A se va a encontrar con "The Stranger Rides Tonight", una eléctrica interpretación que cuenta con el acompañamiento en el piano de Mickey Finn y que es imposible escucharla y no pensar en una de las polvorientas tabernas en las que Robert Johnson se presentaba con regularidad hasta que una riña de pasión acabó con su vida.

Por otra parte, la cara B contiene una versión acústica de "Evil Eye", un tema que ya se puede considerar como obligatorio dentro de todas y cada una de las presentaciones del trío neoyorquino, pero ahora con un sonido desnudo que es adornado por la cavernosa voz de Daddy Long Legs, quien podría ser el descendiente no reconocido de Howlin' Wolf (el único problema es el color de piel) y su destreza para torturar su armónica hasta hacerla sangrar.

Con un amor profundo y sincero por el blues, al que decidieron electrificarlo e impregnarle un capa de la actitud del punk, Daddy Long Legs es un conjunto que hay que escuchar con un extinguidor a la mano porque su inflamable sonido es capaz de provocar un incendio en cualquier equipo de audio.


miércoles, 13 de abril de 2016

Reseña libro: V. A. - Mostrología del Cine Mexicano (La Caja de Cerillos Ediciones, 2016)




Tuvieron que pasar décadas para que el cine mexicano fantástico, que engloba el horror y la ciencia ficción, empezara a ser valorado... ¡por los propios mexicanos! Durante años, los críticos que a todo le quieren encontrar mensajes filosóficos y psicomagia se encargaron de vilipendiar y denostar todas las películas nacionales de historias absurdas y bizarras que con sus pequeños o grandes presupuestos, lo único que buscaban eran entretener a las familias que asistían a las enormes salas de proyección de la época. Parece que a todos se les olvidó que desde los hermanos Lumière, el cine fue concebido como un mágico medio de entretenimiento y nada más.

Ahora, llega hasta nuestras manos el libro Mostrología del Cine Mexicano, elaborado por Marco González Ambríz, José Luis Ortega Torres, Octavio Serra Bustamante y Rodrigo Vidal Tamayo, todos integrantes de Revista Cinefagia, sitio mexicano que desde hace 13 años se ha dedicado a darle cabida al cine en sus más disímiles vertientes, desde las películas taquilleras de Hollywood hasta el llamado cine de arte, y en medio de todo esto también abarcan el cine oriental (más allá de la industria de Japón y Corea del Sur), los videohomes nacionales, el gore, Bollywood, exploitation, serie Z y los trabajos de nicho.

Si bien, Cinefagia ha derivado en muchos proyectos alternos (por ejemplo programas de radio por internet, el programa de televisión Paracinema y el festival de cine de horror #MasacreEnXoco que se realiza a final de año en la Cineteca Nacional), los integrantes de la revista decidieron extender su trabajo ahora al medio impreso y publicar su primer libro.

En esta obra, los cuatro autores crearon la pseudociencia bautizada como Mostrología en la que analizaron a 50 de los principales mostros (variación de "monstruo" en un intento por volver el término más mexicano) que han poblado las producciones nacionales a lo largo de la historia. Visto de otra forma, aquí aparecen desde la protagonista de la película La Llorona, de 1933, hasta el niño de la cinta Kilómetro 31 del 2006.

Para poner en contexto, para la investigación completa de este libro se requirieron cerca de dos años en los que se llegaron a enlistar alrededor de 200 personajes, aunque al final sólo aparecen 50; además, se requirió de un serio proceso para recabar todas las imágenes que acompañan las páginas del libro y los datos técnicos de cada película. Por otra parte, al momento de redactar cada una de las biografías mostrosas, cada uno de los autores sacó el ingenio propio del mexicano y mediante el caló popular, se escribieron textos que fácilmente podrían estar emparentados con cualquiera de las letras de las canciones de Botellita de Jerez, por ejemplo. El defecto, si se le quiere considerar como tal, es que por la forma es que está redactado, parece muy difícil que los textos en su totalidad puedan ser entendidos por personas extranjeras o ajenas al habla del mexicano promedio.

Para poder agrupar a cada una de las criaturas, se dividió el libro en 10 categorías como lo son brujas, chamucos, momias y peluches; es decir, lo mismo es posible encontrar a personajes singulares que probablemente sólo pudieron concebirse en México, como es el caso del Vampiro Teporocho, el Macho Biónico o Chiquidrácula, hasta otros más solemnes emanados de la mente de cineastas que empezaron a ser reconocidos por la "crítica seria" hasta después de muertos, como Alucarda de Juan López Moctezuma o cualquiera de los personajes de la tetralogía del horror de Carlos Enrique Taboada.

De igual forma, es indudable que una obra de este calibre se basa en el aspecto visual y es aquí donde La Caja de Cerillos Ediciones jugó un papel fundamental al publicar el libro en gran formato y con un envidiable diseño que embellece todavía más cada una de las 160 páginas que conforman la obra.

En retrospectiva, son pocos los libros que se han publicado en México acerca de este tipo de cine desparpajado, divertido e inverosímil que en muchos casos sólo buscaba divertir y no ganar premios internacionales ni impresionar a nadie, si acaso se le puede relacionar con otras obras fundamentales como El Futuro Más Acá. Cine Mexicano De Ciencia Ficción, de Itala Schmelz; ¡Quiero Ver Sangre! Historia Ilustrada del Cine de Luchadores, de Pepe Návar, Rafael Criollo y Rafa Aviña; Monstruos De Laboratorio: La Ciencia Imaginada Por El Cine Mexicano, de Rafael Villegas y los dos volúmenes de Carteles Sensacionales Del Cine Mexicano de Rogelio Agrasánchez Jr.

Y es así, entre la investigación seria y la redacción ingeniosa, que estos cuatro "científicos" confeccionaron un libro que busca homenajear y rendir tributo a los robots de cartón, los vampiros de pacotilla, las momias de hule y los charros galácticos que, a pesar del desprecio de muchos, sirvieron para dotar de identidad a la cinematografía mexicana.


domingo, 10 de abril de 2016

Reseña: The Smoggers - Shadows In My Mind (Soundflat Records, 2016)




El proyecto que inició como la idea de cuatro amigos que sin experiencia musical previa (como lo declararon en la entrevista realizada por Música Inclasificable) decidieron comprarse sus instrumentos y realizar de forma un tanto rudimentaria versiones de sus bandas favoritas de garage y punk, hoy se ha consolidado como una de las propuestas más estables de Europa. Sí, hablamos de The Smoggers.

El cuarteto español ha hecho en un lustro lo que otros conjuntos del mismo estilo no alcanzan a realizar en toda una vida; sin embargo, algo fundamental para lograr sus objetivos ha sido su constancia. Ya sea presentaciones por toda España y en tiempos recientes más allá de sus fronteras, el lanzamiento de sencillos con sellos de distintas partes del mundo, su propia promotora de conciertos (Smog-Trash) e inclusive proyectos alternos de sus integrantes (Charm Bag y Leadfoot & Fernando Smogger). Cómo han logrado hacer todo eso en tan poco tiempo es una interrogante que todos nos llevaremos a la tumba.

Situados en el presente, el 2016 nos recibió con Shadows In My Mind, segundo LP del cuarteto que pese a los cambios, mantiene el mismo estilo tenebroso y carroñero con el que se dieron a conocer. Los cambios sólo consistieron en la alineación porque ahora Goyo se suma a la banda como nuevo baterista, en tanto que Ana se trasladó a los teclados; por su parte, Gusti se mantiene como bajista y Fernando ahora es el único guitarrista y cantante.

Con la incorporación del teclado, el grupo amplia su gama de sonidos, ahora con un toque más psicodélico, aunque en el fondo la génesis de su formación se mantiene intacta con el garage-punk que remite a los grandes del género como The Sonics, The Shadow of Knight y por supuesto The Fuzztones. Es rock & roll en su estado puro aderezado con gritos monstruosos y el inconfundible fuzz en la guitarra de Fernando.

A diferencia de su primer álbum, Join The Riot, en este nuevo material destacan los temas cantados en inglés (con la excepción de "Es Por Ti"), además de la frenética e instrumental "Happybilly Never After" con la que abre la cara B del álbum en su versión en vinilo. De igual forma, predominan las composiciones originales y los dos únicos covers que incluyeron fueron "Why!' de Lust-O-Rama y "Dementia 13" de The Gruesomes, ambos en versiones que no difieren demasiado de las originales.

Con la producción del incansable Mike Mariconda y editado por el especializado sello alemán Soundflat Records, el conjunto español agrega otro trabajo a su creciente discografía, todos con el mismo sonido salvaje y primitivo con el que han cosechado seguidores por todo el mundo pese a todas las adversidades y envidias que han tenido que enfrentar, algo que los integrantes del grupo toman con humor, al grado de autodescribirse como the band you love to hate.