domingo, 8 de mayo de 2011

MI CRÓNICA DEL CONCIERTO DE LOS MELVINS EN MÉXICO

Tuvieron que pasar poco más de 6 años para que Buzz Osborne regresara a México pero ahora al frente de los Melvins.
Ahora no hubo terremotos que impidieran que los Melvins se presentaran por primera vez en México y el lugar elegido para presenciar tal acontecimiento fue el Lunario del Auditorio Nacional, al poniente de la ciudad.
Al arribar al lugar lo que más llamativo es que en apariencia ho hubo reventa, algo realmente sorprendente en México

Justo a las doce menos tres aparece sobre el escenario Descartes A Kant, ofrecieron un set muy corto, apenas tocaron 20 minutos. Pero se entiende, a final de cuentas eran como el invitado no deseado que se logró colar a la fiesta.
Pero si hay algo que decir es que al menos no les fue tan mal como muchos suponían, no hubo muchos aplausos al final de su presentación pero tampoco hubo una lluvia de proyectiles contra ellos.

Llega el momento de cambiar de instrumentos, los minutos se vuelven largos y eternos. Llama la atención el par de baterías ubicadas en el centro del escenario. Los minutos siguen pasando lento y todos estamos ansiosos e impacientes.
Un poco antes de lo planeado, exactamente a las 9:45 de la noche suena en el sonido local "Rock Around The Clock" de Bill Haley Y Sus Cometas al mismo tiempo que Buzz, Jared, Cody y Dale aparecen y cada uno se acomoda en su respectivo instrumento musical.
Junto a los Melvins también se hizo presente una bomba atómica musical, nunca escatimaron en volumen, lo subieron al máximo a las bocinas.
No habían mantas con el logo de la banda en el escenario, ellos no vestían uniformes, sombreros de charro, banderas mexicanas ni hicieron coreografías y ni siquiera saludaron al público con los clásicos y aburridos "Viva Mecsicou", en un concierto de rock lo único que importa es la música y ellos así lo demostraron. Durante toda su presentación nunca hablaron ni interactuaron con el público, después de tantos años de espera para por fin tenerlos en el país, lo único que todos queríamos es que tocaran el máximo de canciones posibles.

El álbum que los trajo a México es The Bride Screamed Murder, su más reciente obra y de ahí salieron "The Water Glass" y "Evil New War God", las primeras dos canciones del disco y las primeras dos canciones que sonaron esa noche. La tercer canción de su set fue "Anaconda" y con ella empezaron los "clásicos", se agradece que no escatimaron en canciones representativas de su carrera, justo después llegó el momento más salvaje de la noche con "Hooch" y "Honey Bucket" que las tocaron como si fueran una sóla canción y con las que se desató el slam masivo en la mayoría del lugar, el cual por cierto lucía repleto.
¿Querían más clásicos? Pues que se dejan venir "Revolve", "Joan Of Arc" y "Night Goat".
Llama la atención la forma de tocar la guitarra de Buzz, lo hace de una forma fuerte pero precisa, nunca toca una nota de más y no conforme con eso, también se encarga de cantar y se contorsiona de un lado a otro como gusano.
Por otro lado, en el centro están Coady y Dale, cada uno con su respectiva batería y tocan con la precisión de un reloj suizo, es increible la coordinación y sincronía que tienen, de puro milagro no se les rompieron las baquetas, dejan la vida en cada golpe que le dan a los tambores. Después de verlos creo que es necesario que todos los grupos de rock del mundo toquen con dos bateristas.
Tampoco se le puede restar su mérito a Jared quien en el otro extremo del escenario se encarga de las cuatro cuerdas y los coros. Otro que no escatimó en el volumen y le subió a tope, cosa que nuevamente se agradece.

Ya para el final del concierto llega mi momento favorito con "The Bit", un himno que data de 1996 y que en vivo suena simplemente espectacular. Conforme se va diluyendo la canción, Buzz desaparece del escenario y sólo quedan los otros tres integrantes a la vista quienes interpretan un par de temas más y se permiten improvisar entre ellos y hacer pequeños solos con sus respectivos instrumentos.
Lamentablemente llega el terrible momento de la despedida, que en realidad todos nos percatamos de ello cuando todos los integrantes de la banda se van y se prenden las luces del lugar. Nunca hubo un encore ni las frases trilladas de "son el mejor público del mundo" ó "vamos a regresar pronto". En un concierto de rock lo único que importa es la música y punto.

Como colofón lo único que puedo decir es que ha sido el concierto más ruidoso -en toda la extensión de la palabra- al que he asistido. El sonido fue fuerte y claro al mismo tiempo, como nunca antes había escuchado.

2 comentarios:

THE ACAROS dijo...

Rayado excelente crónica!! No estuve una vez mas en el df, pero leer me imagine cada instante acoto que MINISTRY me toco verlos con 2 baterías tocar en todos los temas y también vera los PIXIES sinun hola México, ni volveremos así como tampoco estar con lona con logotipo ni vestidos igualitos, en su set fueron canción tras canción los melvins en definitiva no tienen madre con los decibeles como lo describes por que así debe de ser el rock duro!! Un abrazo mi SHOCK TREMENT!!!!

Rodrigo R. Herrera dijo...

Yhhh claro también los de Ministry. Yo recuerdo a los Boredoms que vinieron el año pasado y traían 4 bateristas, también un muy buen concierto.