Que te cambien el lugar de un festival musical 2 días antes del mismo como que no da mucha confianza, pero de cualquier forma fui al dichoso festival Sonorama, ¿los motivos? Había unas cuantas bandas que me llamaban la atención…ahh y también porque me regalaron los boletos, ja.
La nueva sede era la explanada del Estadio Azteca, allá en el sur de la ciudad, donde los árboles son más verdes y el cielo más azul.
Llegué temprano porque precisamente los grupos que me llamaban la atención eran de los primeros en tocar. Mi primera impresión del lugar es que los escenarios estaban bien PINCHE MAL acomodados, había un escenario principal y 3 alternos pero todos estaban demasiado cerca, no existía ninguna división y era más que obvio que el sonido se iba a encimar, si estabas en el escenario principal no había mucho problema porque era el que tenia el sonido más potente, pero si estabas en otro escenario se te encimaba el sonido.
Mi primera parada fue en el escenario principal para ver a Hong Kong Blood Opera, banda originaria de Sonora y de quienes he leído mucho pero nunca los había visto. Tocan como una especie de punk-funk-bailable con muchas vitaminas. Al inicio me recordaron a bandas como The Locust y Maniqui Lazer. Me gustó su corto set.
De ahí, a moverse a uno de los escenarios secundarios (que como ya dije, estaban bastante cerca uno de otro) para ver a uno de mis favoritos, The Octopus Project con la diosa Yvonne Lambert al frente. Me tocó ver como probaban sus instrumentos e inmediatamente inauguraron ese escenario. Empezaron con “Fuguefat”, que también es el tema inicial de su más reciente material Hexadecagon, y se siguieron con la mayoría de las canciones de dicho álbum.
Era increíble ver como entre los 4 integrantes de la banda se rolaban los instrumentos, a veces usaban la batería, a veces usaban una caja de ritmos, en algunas canciones utilizaron 2 bajos, en otras 2 guitarras, pero lo más increíble de su set fue el theremin de Yvonne.
Al principio se mostró bastante purista del instrumento, estaba en el centro del escenario, espalda recta, cuello inmóvil y únicamente movía sus manos para manipular el theremin, hay que recordar que se trata del instrumento musical más sensible del mundo y cualquier movimiento del cuerpo, por mínimo que sea, afecta el sonido del instrumento.
Fueron 50 de los minutos más felices de mi vida, su concierto se me pasó más rápido que el mundial de Sudáfrica y definitivamente son una de las mejores agrupaciones que he visto en mi vida.
Después de un breve descanso porque no había nada que llamara mi atención, siguió el turno de Prefuse 73, el proyecto encabezado por Scott Herren y que ha sido una de las cosas más extrañas que he visto en mi vida. Se presentaron en formato de quinteto, con 2 bateristas y 3 tornamesistas, además Scott tenía 2 micrófonos que los utilizaba para hacer ruidos encima de las canciones. Pero si me pongo estricto, lo que hicieron no eran precisamente canciones, fue mas bien como una mega improvisación de una hora.
Su sonido fue como una mezcla de jazz con hip hop y rock. Fue como un mega viaje para los oídos.
Luego de 20 minutos, en ese mismo escenario se presentó RJD2 o “el nuevo DJ Shadow” como muchos le dicen. Llevaba 4 tornamesas y era bastante impresionante como se ponía a scrachear y creaba su música únicamente con viniles. Tenía una mini cámara conectada a las pantallas que se encontraban a los costados del escenario, y ahí se mostraba con lujo de detalle la rapidez y maestría de su técnica.
Sin embargo, después de 15 minutos era un poco aburrido y previsible, además en ese momento tocaría Descartes A Kant en otro escenario así que era momento de caminar.
Desde Guadalajara vinieron Descartes A Kant, una de mis bandas mexicanas favoritas y se presentaron en un escenario patrocinado por Red Bull. Era de las cosas más extrañas que he visto porque se trataba de un camión de 2 pisos y en la parte superior se acomodaron los instrumentos musicales.
Creo que eso no favorecía la comunicación grupo-público. Y como es usual en todos los conciertos de la banda, los integrantes iban disfrazados, uno iba de oso, de perro, otro de carta de la baraja de Alicia en le País de la Maravillas (en una parte del concierto utilizaron un sampleo de dicha película en la versión animada realizada por Disney).
Hay que saber que si no quieren mojarse nunca se deben colocar en las primeras filas durante los conciertos de la banda, siempre lanzan espuma y ese día también usaron muchos globos, su concierto es bastante teatral e interactivo.
El detalle de mal gusto fue que a esa misma hora tocó Resorte en el escenario principal y se encimó el audio de ambos grupos por la mala colocación de los escenarios.
Cuando terminaron no me quedó mas remedio que ir a ver a Resorte y recordar mis épocas de secundaria. Ahora se presentaron como trío con el regreso de Tavo en la guitarra y afortunadamente sin Pato Machete que lo único que hizo fue arruinar el sonido de la banda durante su estancia.
Lo horrible de su concierto fue el sonido, parecía que en lugar de guitarra estaba escuchando un transbordador de la NASA. Su ingeniero de sonido debe ser su peor enemigo.
Y después de Resorte me tocó vera Addictive TV en otro escenario y ellos también fueron de lo más destacado del día.
Se trata de un dueto que combina a la perfección la parte visual con la musical. Era impresionante como sincronizaban los videos que se mostraban en las pantallas laterales con la música. Se proyectaban extractos de películas con explosiones, carreras de motos, programas de televisión y los mismos loops que se veían en las pantallas se escuchaban en las bocinas. Algo indescriptible.
Y ya casi al final del festival se presentaron los de Cypress Hill en el escenario principal. No hubo muchas sorpresas, tocaron casi puro éxito como “How I Could Just Kill A Man”, “Hand On The Pump”, “Latin Lingo”, “Insane In The Brain”, “Hits From The Bong” y obviamente se pusieron a quemarle las patas al diablo con un mega churro que traían. Ellos son otra de las bandas de mi época de secundaria que tenia ganas de ver.
Para cerrar el escenario principal se presentó Korn pero a ellos ya no los vi porque ya era muy tarde. Además a ellos ya los disfruté en mi época puberta.
El festival Sonorama tuvo buenos puntos como traer a bandas no muy populares pero de enorme calidad, aunque los escenarios mal acomodados fueron su mayor falla.
Además, según yo, no fue la gente que se esperaba. Dudo que haya una segunda edición de este festival.
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