El rock mexicano, a lo largo de su más de media centuria de vida, ha germinado agrupaciones de los más diversos estilos pero... ¿una banda capitalina de stoner rock/sludge metal a mitad de los ochenta? Hay historias muy poco contadas, ya sea por desconocimiento o por falta de investigación de parte de la llamada prensa musical, y la de Caramelo Pesado es una de tantas.
Fue en 1982 cuando el guitarrista Jorge Beltrán (recomendamos leer nuestra entrevista con el músico) quien previamente había sido integrante de Stomago Sagrado, se unió a los hermanos Arturo y Charly López, en primera instancia porque los tres vivían en la misma colonia (el periodista David Cortés los bautizaría como La tribu de Lindavista en su libro El Otro Rock Mexicano), pero también motivados por bandas que a ellos les gustaban y que no eran precisamente las más conocidas o populares en ese momento.
La trayectoria de Caramelo Pesado fue bastante corta y apenas duró un par de años, pero empezó a adquirir importancia a partir del trabajo que desarrollaron sus integrantes con sus nuevos proyectos. Por una parte, Jorge fundaría Humus (aquí pueden leer nuestra reseña de su álbum más reciente) y Semefo; Arturo haría lo propio con Nörvenich, Loch Ness y Frolic Froth; en tanto que Charly se integraría a Radio Carolina, Ramsés y Garrobos.
A Caramelo Pesado lo caracterizó su sonido instrumental veloz, vertiginoso y a la vez oscuro, poderoso y basado en la improvisación, derivado de la afición que los tres miembros le profesaban a Cream, Blue Cheer, Can, Jimi Hendrix y Guru Guru, por mencionar algunos. En su pequeña pero intensa trayectoria, el trío tuvo una numerosa cantidad de presentaciones a lo largo y ancho de la capital pero nunca pudieron publicar ningún álbum por las dificultades de la época.
Durante varios años, lo único que se podía escuchar de Caramelo Pesado eran temas de mediana calidad grabados durante sus ensayos y presentaciones en vivo; sin embargo, con la idea de preservar la memoria y dejar un registro tangible a la altura de la leyenda de la banda, se acaba de lanzar el único material oficial del trío que es un tesoro digno de Indiana Jones.
La idea original de este lanzamiento fue de Arturo, el baterista que tan sólo tenía 15 años cuando se formó la banda, quien tomó una veintena de las grabaciones del grupo que fueron hechas entre 1982 y 1984, las remasterizó para darles un sonido profesional y las publicó en un vinilo color gris de un limitado tiraje de 500 copias numeradas a mano. Para complementar el álbum que por sí solo ya es de colección, también se le agregaron diversos extras como una portada abatible, un psicodélico sticker que asemeja a los que incluían los lanzamientos de rock progresivo del añejo sello Vertigo en los setenta y como objeto de auténtica memorabilia, una pequeña estrella de madera impregnada de pachuli que hace juego con el recreativo dibujo de la portada.
Para continuar con el aspecto sonoro del trío, resulta demasiado difícil de comprender cómo una agrupación de sus características se formó en la Ciudad de México en un momento en el que Luis Miguel y Timbiriche eran las máximas referencias musicales del país y términos como stoner rock o sludge metal todavía ni siquiera aparecían en las ciudades más desarrolladas del mundo.
Adelantados algunos años al sonido que definirían bandas estadounidenses como The Melvins y Black Flag en su última etapa, las composiciones presentadas por Caramelo Pesado en el vinilo también tienen una alta dosis de humor negro e irreverencia en sus títulos, como lo dejan ver "Tú lo que necesitas es una madriza" y el divertido juego de palabras en "Final", "¿Final?", "¡Final!", "Final Final", "Cuartos de Final", "Silvia Final", "Ahora Sí Final", "Final de Finales" y "Final Feliz", todas ellas breves composiciones de escasos segundos de duración que son como pequeñas bombas destructoras de tímpanos y que no tienen comparación con ningún otro proyecto musical mexicano de su época.
Alejados de los reflectores que en muchas ocasiones sólo sirven para marear en lugar de iluminar, Caramelo Pesado forma parte de la prehistoria de la hoy efervescente movida de stoner rock en México. Con los escasos recursos que tuvieron a su disposición crearon un sonido del que hoy, muchos sin saberlo, están en deuda.
3 comentarios:
muy buen post felicidades
Tengo la fortuna de ser amigo de Jorge Beltran y se que este material debe ser una garantia. Y estoy en contacto con Arturo Lopez para traer el LP aca a Monterrey. Gracias por la resena
Me quedo con tu asertivo calificativo "Poderoso"
Muy bien.
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