lunes, 14 de diciembre de 2015

Reseña: Rolando Bruno - Bailazo (Voodoo Rhythm Records, 2015)


Conocido por su larga trayectoria dentro del circuito del garage-punk sixties por su actividad con Los Peyotes, por fin vio la luz el primer LP en solitario del guitarrista argentino Rolando Bruno, aunque ahora dentro de un género que parecería ser la antítesis (o tal vez no) de todo su trabajo previo: la cumbia psicodélica.

En un principio, hay que aclarar que lo de Rolando es un amor honesto hacia el ritmo bailable de Sudamérica. Desde hace bastantes años ha mostrado su pasión y respeto por la chicha, la versión más psicodélica de la cumbia y que nació a finales de los sesenta en Perú, cuando varios de los músicos empezaron a combinar la explosión del naciente rock & roll con el ritmo de la cumbia local. Durante un par de décadas el ritmo gozó de cabal salud y aceptación, pero con los años empezó a perder seguidores, en especial dentro de las nuevas generaciones. A pesar de que la chicha tal cual nunca desapareció, fue necesario que llegara la revalorización y, en este caso, fue gracias al apoyo extranjero.

Resulta difícil asegurarlo pero algo indiscutible es que la influencia del sello español Munster Records fue definitiva para que una buena cantidad de personas conocieran (y redescubrieran) este añejo género, inclusive dentro de las propias naciones Sudamericanas.

Fundado en el 2002, Vampisoul es una filial de Munster Records que se caracteriza por sólo editar compilaciones de los más variados y exquisitos sonidos del mundo. Su primer lanzamiento fue Back To Perú, una muestra del minucioso trabajo de arqueología musical que buscó excavar dentro de lo más hondo de Perú y presentó 37 temas creados entre la década de 1964 a 1974. Aunque la mayoría de los participantes enseñan un sonido influido por el rock & roll, también hay varias muestras del original sonido de la chicha, como lo hacen notar agrupaciones como Los Mirlos, Los Holy's y Piña Y Sus ExtrañosPosteriormente el subsello lanzaría una segunda parte de este volumen e inclusive otras compilaciones ya más especializadas con el nombre de Cumbia Beat, pero en definitiva, el primer paso para revalorar este ritmo estaba dado.

De forma paralela están Los Peyotes, una banda de garage-punk sixties fundada en 1996 en Argentina. Dentro de sus fundadores se encuentra Rolando, quien se encargó de impregnarle el sonido lleno de fuzz en su guitarra a los temas y, de forma muy sutil, fueron de los primeros en este siglo en combinar el sonido salvaje del rock & roll con el hipnotismo de la chicha, como ejemplo puntual se puede nombrar su tema "Peyoteando Con Ayahuasca".

Pese a que el conjunto argentino adquirió fama internacional, algo en el interior de Bruno lo hizo tomar una arriesgada decisión que cambiaría para siempre su vida. Después de mucho pensarlo decidió salirse del grupo que él mismo fundó e inclusive también cambió de residencia y ahora hizo de Valencia, España, su nueva casa. Una vez asentado participó brevemente como bajista de Aullido Atómico, un explosivo trío español de rock & roll, y a la vez creó su propio proyecto en formato de one-man-cumbia-band con el nombre de Rolando Bruno y Su Orquesta MIDI.

En esta nueva aventura musical en solitario, que en realidad inició desde que el guitarrista vivía en Argentina, Rolando saca a relucir su pasión por la chicha y la cumbia psicodélica, y de inmediato llamó la atención no sólo del público español sino de varias naciones europeas, logrando de inmediato agendar fechas por distintos países del viejo continente. No tardó mucho para que grabara algunos temas y los empezara a distribuir de forma gratuita a través de su Bandcamp.

Ya con un sonido particular, lo natural fue trabajar en su primer LP y en un sello interesado en publicar su obra prima. Y es en este punto donde hace su aparición Voodoo Rhythm Records, la disquera capitaneada por el Reverend Beat-Man, quien se caracteriza por su ecléctico gusto musical y arropar a músicos de los más diversos estilos musicales que muy difícilmente tendrían cabida en otros lugares. La unión de ambos dio como resultado Bailazo, álbum que reúne once composiciones originales de Rolando en las que ya es posible encontrar un sonido mucho mejor trabajado y que se alimenta de sonidos de distintas naciones y épocas. Ahora, al sonido de la chicha peruana y la cumbia psicodélica le sumó elementos de la música de los filmes de Bollywood y demasiadas esencias psicotrópicas capaces de hipnotizar al oído más refinado. 

Desde la inicial "El Brujito Ramón" con su adictivo riff hasta "Soy De Sagitario" con sus referencias esotéricas, y pasando por "Fiesta Trashera" con una sucia guitarra que recuerda a toda la generación de bandas de garage de los sesenta y "Thai Cumbia", que asemeja a las viejas y delirantes películas orientales de artes marciales, el trabajo de Rolando va más allá de simplemente reinterpretar la hoy de tan boga cumbia. Mientras muchos se conforman con simplemente repetir la fórmula, lo que se aprecia en este material es a un músico de mente abierta que no tiene miedo de experimentar y mezclar sonidos que antes hubieran parecido impensables.



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