La década de los sesenta ha sido muy representativa por diversos factores. Uno de los mayores fue la confrontación cultural entre los jóvenes y las generaciones mayores. Dentro del ámbito musical fue claro que generó una ruptura y la aparición de la psicodelia fue una de las muestras más claras.
Al respecto, desde su aparición en 1965, Chocolate Watchband se convirtió en una referencia para la generación que buscaba un mundo libre y sin ataduras. Sus canciones lo mismo podían tener sonidos furiosos emparentados con el punk y el garage pero también experimentaban hasta acercarse al rock psicodélico.
Después de tantos años, el conjunto californiano se mantiene en activo y acaba de publicar su primer material de estudio en casi dos décadas gracias al sello inglés Dirty Water Records.
Algo a destacar es que de la generación que vio los primeros años de formación de la banda, se mantienen David Aguilar (voz, armónica), Tim Abbott (guitarra) y Gary Andrijasevich (batería). A ellos se suman músicos de diversas edades pero que probablemente todavía no habían nacido cuando Chocolate Watchband debutó en los escenarios.
La nueva aventura del conjunto estadounidense es tan arriesgada como interesante. Sin inclinarse hacia un sonido en específico, muestra un caleidoscopio de estilos.
Como tema de inicio del material, aparece "Secret Rendezvous", una de las piezas más potentes del álbum. Su guitarra llena de fuzz hace juego con la voz de David para concebir una composición que podría firmar cualquier banda de garage conformada por veinteañeros.
A su vez, una cara completamente distinta se puede escuchar en "Bombay Pipeline", un tema instrumental protagonizado por una cítara que hace pensar en Ravi Shankar y George Harrison. La influencia oriental es demasiado clara.
Finalmente, "Take A Ride" es un rock & roll con toques de blues gracias a una armónica que se escucha a media canción. La pieza inclusive podría formar parte del catálogo de The Rolling Stones en su etapa con Brian Jones.
Contrario a muchas bandas que se reúnen para tocar sus éxitos de antaño, el caso de Chocolate Watchband es bastante distinto porque todavía tienen la capacidad para componer nuevo material. Aunque ya no sean una jóvenes que deseaban comerse el mundo, la calidad permanece intacta.
1 comentario:
Muy buen disco.
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