miércoles, 30 de octubre de 2019

Reseña: Badass Mother Fuzzers - On The Run (6Tone Records, 2019)




Mientras que algunos aseguran que el rock está muerto, a diario aparecen nuevas agrupaciones en distintas partes del mundo para demostrar que eso no es cierto. Aunque tal vez no llenen estadios ni vendan millones de discos, no se puede negar su existencia.

En el caso particular de Francia, una de las bandas que encabeza la nueva generación de músicos de garage-punk es el trío que responde al genial nombre de Badass Mother Fuzzers.

Con pocos años de experiencia, el trío ya cuenta con un álbum (aquí se puede leer nuestra reseña) y un 7" (aquí se puede leer nuestra reseña). Pero debido a que a sus integrantes les resulta imposible el mantenerse quietos, ahora ya está terminado su segundo LP que en esta ocasión es editado por el sello galo 6Tone Records.

Conformado por 11 canciones cantadas en inglés, la única diferencia con respecto a su trabajo previo es que ahora se escuchan más enojados pero mantienen su objetivo de crear rock potente del que hace reventar las bocinas.

Por su consistencia y perseverancia, el tridente originario de Toulouse se ha convertido en uno de los máximos representantes del garage-punk francés en la actualidad. Su sonido se alimenta por completo de agrupaciones como The Nomads, Radio Birdman y The Lords of Altamont.

Como en el pasado, al escuchar sus canciones lo único que se encontrará será una guitarra con fuzz, un bajo y una batería. Aquí no hay lugar para la experimentación ni se busca incorporar otros instrumentos. Mientras más simple y sencillo siempre será mejor.

El material abre con "I Feel Like", un potente golpe directo a los oídos que no avisa y marca el inicio de una masacre para los no adentrados en el rock sucio que huele a cerveza y utiliza los gritos desaforados como medio de comunicación.

La ceremonia continúa con piezas como "No No No" y "Got The Blues" en donde la dosis se repite. La distorsión es la única constante. Aquí no hay momentos relajados ni baladas tristes porque la energía que desprende el álbum es suficiente para resucitar a un muerto.


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