Si de algo adolece la música surf es de la falta de mujeres guitarristas. No es algo exclusivo de México sino que se extiende al resto del mundo. A lo largo de la historia han existido algunos ejemplos aunque son escasos. Lo habitual es encontrar a integrantes femeninas en otros instrumentos como el bajo o la batería.
De esta forma, desde su aparición en el ojo público hace poco más de un lustro, la argentina Didi Wray (a la que ya entrevistamos durante su primera visita a México) ha destacado del resto. Aunque más allá de su condición, lo que llama la atención es lo arriesgado de su estilo de vida. Se trata de una trotamundos que ha recorrido Latinoamérica desde el cono sur hasta la parte superior.
A su vez, la originaria de Buenos Aires es conocida por la interesante combinación que muestra. Por una parte, es una aficionada a los sonidos instrumentales de la música surf. Pero además también es una aficionada al tango como prácticamente todos los argentinos. El resultado es una amalgama que muy pocos se habían preocupado por explorar con anterioridad.
Su debut discográfico fue un EP publicado de manera autogestiva en 2012 (del que ya escribimos su reseña). Pero ahora tiene listo su primer material de larga duración. El trabajo contiene 13 temas y la mayor diferencia con respecto al pasado es que no sólo muestra arreglos de composiciones de tango sino que explora otros terrenos musicales aunque siempre dentro de los parámetros reverberantes de la música surf.
Por otra parte, una cualidad del álbum editado en CD por el sello griego Surf Cookie Records y en cassette por Cosa Salvaje es que fue grabado a lo largo de un largo período de tiempo y en estudios de los múltiples países en los que Didi Wray ha estado de gira. Con esto, las canciones incluyen colaboraciones de integrantes de agrupaciones como Los Protones, The Dead Rocks, Lost Acapulco, Los Straitjackets, Los Kaníbales Surf Combo, Los Yawares, Estereofónikos, Los Chamánicos, Gasolines y The Pulltones.
A pesar del desfile de músicos de apoyo con el que cuenta el disco, al final se escucha un trabajo ensamblado en el que tanto las piezas originales como las versiones mantienen un mismo nivel.
En el trabajo es posible escuchar desde una trepidante adaptación de "Por Una Cabeza" de Carlos Gardel hasta la melancólica "Surfer Girl" de The Beach Boys y una reinvención del mexicanísimo "Cielito Lindo" de Quirino Mendoza y Cortés.
Dentro de las canciones originales se aprecia un amplio repertorio de estilos como en la abridora "Misión Tango Surf" con su influencia de las guitarras misteriosas provenientes de las bandas sonoras de películas de espías. También está "Pisco Saico Twist" más relacionada con el rock & roll de mediados del siglo pasado. Y por otra parte en "St. Katharina Twangwest" se busca recrear los ambientes áridos y polvorientos de los spaghetti westerns.
Con un estilo de vida nómada y siempre en búsqueda de nuevos horizontes, el trabajo de Didi Wray muestra que la música surf es como un cubo rubik que a pesar de tener pocos elementos puede adoptar infinidad de combinaciones.
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