"Es el gesto de su rostro. Su imagen describe el contenido del libro". Así responde Carlos Velázquez cuando se le cuestiona el por qué eligió una fotografía de Buzz Osborne de The Melvins para ilustrar la portada de su nueva obra.
Apenas ha transcurrido poco más de una década desde que el escritor originario de Torreón hizo su debut profesional. Pero en tan poco tiempo ya se ha posicionado como uno de los autores más importantes de su generación. Su estilo directo y conciso, combinado con altas dosis de humor e ironía, ya es una marca personal muy difícil de copiar.
Como lo ha demostrado en su corta trayectoria, el cuento parece ser el género en el que se siente más cómodo. A diferencia de una novela, aquí no hay lugar para las explicaciones kilométricas sino que se debe ser breve para atrapar al instante la atención del lector.
Detrás de Despachador de Pollo Frito, publicado por Editorial Sexto Piso, se reúnen cinco historias cortas en las que explotan todas las virtudes que el autor ha dado a conocer desde su debut con La Biblia Vaquera (2008).
Historias inverosímiles como si se tratara de una película de Roger Corman o la Troma pero desarrolladas dentro de la geografía mexicana. Los cuentos son muy fáciles de recordar porque están llenos de referencias que cualquier nacido en la tierra de los tamales y el pulque puede identificar. Además, como todo norteño, Velázquez no teme en mostrar su spanglish y juegos de palabras en todo momento.
Así pues, la primera historia es Paul McCartney for dummies, la cual es protagonizada por un hábil detective privado con guiños al Filiberto García de Rafael Bernal, el cual tiene la tarea de encontrar a un Paul McCartney mexicano espurio. La magia de todo cuento es siempre mantener un ritmo vertiginoso para nunca aburrir al lector. Y precisamente eso es lo que caracteriza tanto a esta historia como al resto del libro.
El resto de la obra sigue el mismo camino y sus estrafalarios personajes parecen salidos de la mente de John Waters junto a su eterna Divine. ¿Un director de orquesta bisexual que se disfraza de Sailor Moon? ¿Un travesti obeso con un severo problema digestivo? ¿Un despachador de pollo frito que tiene una piraña por mascota? Sí, todos ellos protagonizan la obra y en ningún momento desentonan.
Con un estilo veloz, sucio y maloliente como acostumbraba Hunter S. Thompson con su periodismo gonzo, el libro reafirma a Carlos Velázquez como uno de los mejores cuentistas mexicanos de la actualidad. Al final es cierta su cita del principio porque el rostro de "disgusto-odio" de Buzz es la mejor descripción gráfica que se puede hacer de su nuevo trabajo.
El libro se puede comprar en el siguiente enlace:
https://sextopiso.mx/esp/item/461/despachador-de-pollo-frito
Y a manera de complemento el propio autor hizo una playlist con canciones que se mencionan en el libro o que forman parte esencial de algún cuento. La selección abarca desde The Beatles hasta Marilyn Manson, sin olvidar a The Melvins.
Apenas ha transcurrido poco más de una década desde que el escritor originario de Torreón hizo su debut profesional. Pero en tan poco tiempo ya se ha posicionado como uno de los autores más importantes de su generación. Su estilo directo y conciso, combinado con altas dosis de humor e ironía, ya es una marca personal muy difícil de copiar.
Como lo ha demostrado en su corta trayectoria, el cuento parece ser el género en el que se siente más cómodo. A diferencia de una novela, aquí no hay lugar para las explicaciones kilométricas sino que se debe ser breve para atrapar al instante la atención del lector.
Detrás de Despachador de Pollo Frito, publicado por Editorial Sexto Piso, se reúnen cinco historias cortas en las que explotan todas las virtudes que el autor ha dado a conocer desde su debut con La Biblia Vaquera (2008).
Historias inverosímiles como si se tratara de una película de Roger Corman o la Troma pero desarrolladas dentro de la geografía mexicana. Los cuentos son muy fáciles de recordar porque están llenos de referencias que cualquier nacido en la tierra de los tamales y el pulque puede identificar. Además, como todo norteño, Velázquez no teme en mostrar su spanglish y juegos de palabras en todo momento.
Así pues, la primera historia es Paul McCartney for dummies, la cual es protagonizada por un hábil detective privado con guiños al Filiberto García de Rafael Bernal, el cual tiene la tarea de encontrar a un Paul McCartney mexicano espurio. La magia de todo cuento es siempre mantener un ritmo vertiginoso para nunca aburrir al lector. Y precisamente eso es lo que caracteriza tanto a esta historia como al resto del libro.
El resto de la obra sigue el mismo camino y sus estrafalarios personajes parecen salidos de la mente de John Waters junto a su eterna Divine. ¿Un director de orquesta bisexual que se disfraza de Sailor Moon? ¿Un travesti obeso con un severo problema digestivo? ¿Un despachador de pollo frito que tiene una piraña por mascota? Sí, todos ellos protagonizan la obra y en ningún momento desentonan.
Con un estilo veloz, sucio y maloliente como acostumbraba Hunter S. Thompson con su periodismo gonzo, el libro reafirma a Carlos Velázquez como uno de los mejores cuentistas mexicanos de la actualidad. Al final es cierta su cita del principio porque el rostro de "disgusto-odio" de Buzz es la mejor descripción gráfica que se puede hacer de su nuevo trabajo.
El libro se puede comprar en el siguiente enlace:
https://sextopiso.mx/esp/item/461/despachador-de-pollo-frito
Y a manera de complemento el propio autor hizo una playlist con canciones que se mencionan en el libro o que forman parte esencial de algún cuento. La selección abarca desde The Beatles hasta Marilyn Manson, sin olvidar a The Melvins.
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