domingo, 9 de julio de 2017

Reseña: Los Sustos - Drunk & Roll (Family Spree Recordings, 2017)




Existen distintas formas de beber alcohol, algunos prefieren limitarse en su consumo, otros más refinados sólo les gusta libar vino tinto en finas galerías llenas de incrompendibles obras artísticas, también existen los straight edge que lo tienen prohibido y exactamente en el polo opuesto están personas como los integrantes de Los Sustos, que hacen del alcohol un deporte y poco les importa si es un Jack Daniels o un Tonayán porque en la garganta todo embona.

Y así, aficionados a las bebidas etílicas, los cuatro integrantes de este cuarteto mexicano de rock & roll alcoholescente también son fieles adeptos a los sonidos sucios y desaliñados, las guitarras desobedientes e imperfectas y los gruñidos de animal lastimado que poca o nula relación tienen con los cantantes que están más preocupados en no despeinarse para salir bien en las fotografías durante los conciertos.

En ese sentido, no es de extrañar que los integrantes de Los Sustos que fonéticamente es bastante similar a pronunciar Los Fuzztones— tengan en un pedestal a bandas como The Mummies, Supercharger, Teengenerate y al King Khan. Puro budget rock, es decir, agrupaciones en las que prevalece la actitud sobre el virtuosismo y para las que las buenas costumbres se perdieron en el momento en que conectaron los instrumentos a los amplificadores y descubrieron que el rock se hizo para escucharse a máximo volumen y no como sonidos endebles que suenan en los elevadores.

Con una actividad constante en todo tipo de foros de la Ciudad de México y la zona periférica, ya resultaba necesario que el combo mexicano se encerrara durante algunos días en un estudio de grabación para dejar constancia de su trabajo. Si antes no lo hicieron fue por falta de dinero pero como una coincidencia extraordinaria, recibieron el apoyo necesario de parte del sello español Family Spree Recordings, que tomó la decisión de editar su primer lanzamiento, siendo la única agrupación extranjera de su pequeño pero creciente catálogo.

De esta forma, el resultado de la alianza se concretó en Drunk & Roll, el primer material de Los Sustos y que presenta 5 composiciones propias que vienen enlatadas en un 7" con una colorida portada del ilustrador Moco de Pavo.

El trabajo es un fiel reflejo de cualquier presentación del cuarteto, con botellas de cerveza rodando por el suelo, pogo incontrolable en el lugar, personas fumando sustancias prohibidas en algún rincón y cuatro entes cavernícolas sobre la tarima con la firme tarea de ejecutar rock & roll tan sencillo que pareciera que cualquiera lo puede hacer.

Al igual que lo indica el título del 7", el alcohol desempeñó un papel muy importante para la composición de las canciones y eso se aprecia en "Jamás", que es la descripción de cualquier fin de semana lleno de excesos o en "Viernes 13", que no tiene ninguna relación con la película de Sean Cunningham sino que se trata de otro acalorado retrato de cómo se vive una salvaje noche sin preocuparse por el futuro.

Ya una vez de regreso en México después de una extenuante gira europea, el grupo nacional trae bajo el brazo el resultado de años de trabajo, pero para ellos eso nunca fue problema porque bien dicen que si disfrutas lo que haces entonces no es trabajo y menos si es con unas cervezas de por medio.


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