lunes, 18 de noviembre de 2019

Reseña: Trixie & The Trainwrecks - Too Good To Be Blue / Get Busy Living 7" (Voodoo Rhythm Records, 2019)




La búsqueda de nuevos sonidos que en realidad parecen haber sido grabados hace décadas es una de las características del sello Voodoo Rhythm Records, fundado por el estrafalario Reverend Beat-Man. Aunque muchos de sus lanzamientos están ligados con el punk y garage, en realidad su oferta es demasiado amplia.

La disquera se ha distinguido por ser la casa de proyectos relacionados al blues y la música que imperaba en las primeras décadas del Siglo XX. Eran tiempos en los que todavía no existía el rock & roll formalmente, aunque muchos de los jóvenes de clases bajas de la época eran aficionados a relatar sus vivencias acompañados de sucias guitarras de madera.

Aunque el mundo del blues siempre ha sido dominado por hombres, también existen pocos pero destacados ejemplos de mujeres que se adentran en este campo y uno de los más recientes es Trinity Sarratt, mejor conocida como Trixie Trainwrecks.

Originaria de San Francisco, adquirió reputación cuando siendo una adolescente se mudó a Berlín. Su vida consistía en tocar su guitarra en cualquier lugar a su disposición, lo que incluía la calle y el transporte público. Eso la llevó a formar una reputación y posteriormente inició su propio proyecto de one-man-band, aunque en su caso lo correcto es one-lady-band.

Después del lanzamiento de un par de sencillo con el sello Squoodge Records, fue en el 2018 cuando se integró al catálogo de Voodoo Rhythm Records y publicó su primer LP. La diferencia es que Trixie añadió a Charlie Hangdog por su habilidad con la armónica. Así surgió una dupla de folk-blues-trash que parece salida de un viejo campo de algodón en Mississippi.

Para dar continuidad al trabajo de la pareja, ahora llega su nuevo 7" que contiene dos canciones en las que no existen variaciones con respecto al sonido de su material debut. En primera instancia destaca el trabajo de Trinity quien canta, toca la guitarra y ejecuta un destartalado bombo. Por su parte, Charlie es un hombre con una gran capacidad pulmonar, lo que le permite hacer sonar la armónica como pocos.

Para redondear en cuando al sonido, el binomio contó con un par de colaboradores para la grabación de las dos canciones. Se trata del experimentado Bruce Brand (The Headcoats, Holly Golightly, Hipbone Slim) en percusiones y aplausos. Además también aparece Alex McGowan en los coros.

El resultado ha quedado materializado en un par de piezas que no es posible determinar la época a la que pertenecen. Aunque la etiqueta diga 2019, el sonido es más cercano a lo que escuchaban los esclavos afroamericanos que se encargaron de crear los cimientos de Estados Unidos. Es una pequeña muestra de lo atemporal y universal que puede ser la música.


No hay comentarios.: