martes, 26 de marzo de 2019

Reseña: The Bad Beats - Off The Hook (Soundflat Records, 2019)




A nivel popular, Canadá es un país conocido por sus agrupaciones de sonidos elegantes y tranquilos que reflejan el estilo de vida de una de las naciones más seguras y prósperas del mundo. Pero como cualquier otra nación, existe una amplia variedad musical.

Dentro de los terrenos del garage-punk, uno de los conjuntos canadienses más representativos es The Bad Beats. A pesar de tener una corta trayectoria, ya se ha ganado la reputación de sus colegas gracias a un sonido áspero y salvaje pero bien ejecutado.

El cuarteto conformado por Cam Alexander (voz), Adam Payne (guitarra, bajo), Derek McDonald (teclado) y Michael Nathanson (batería) no pretende innovar ni presenta algo nunca antes escuchado. Ellos son todo lo contrario y buscan rendir homenaje a las bandas que patentaron el garage en la década de los sesenta y a las culpables de su resurgimiento en los ochenta.

De la mano del sello alemán Soundflat Records llega el segundo LP de los originarios de Vancouver. A lo largo de una docena de temas contiene todos los elementos para enamorar a los aficionados de las guitarras con fuzz y los teclados psicodélicos.

El sonido que se encuentra a medio camino del rock & roll y el punk es tan contagioso como la energía que se transmiten en cada una de las piezas del material. No importa si son composiciones propias como "What You Trying To Say" o covers como su versión de "Ain't No Friend Of Mine" de The Sparkles, el resultado nunca decepciona.

Pero mientras la mayoría del álbum contiene gritos cavernícolas, no se puede dejar de mencionar la instrumental "Gooseback Machine". La canción es fuego para las pistas de baile e incluye la colaboración de su compatriota Spencer Evoy (MFC Chicken) en el saxofón.

A su vez, el cuarteto canadiense buscó rodearse de todo el talento posible. Es por eso que el material fue mezclado y masterizado por el incansable Mike Mariconda. Y como último punto a destacar, la portada es obra del talentoso Darren Merinuk con su inconfundible estilo tenebroso.

No se escatimó en ningún rubro y el resultado se puede ver y escuchar. No sólo se trata de uno de los mejores álbumes de garage del año sino que es uno de los mejores materiales en general. 


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