miércoles, 10 de mayo de 2017

Reseña: Tequilasavate Y Su Hijo Bastardo - Dale! Dale! Dale! (Bang! Bang! Records / La Face Cachée, 2017)




Por motivos que resultan difíciles de entender y explicar, la cultura mexicana es motivo de veneración alrededor del mundo y en ocasiones, inclusive pareciera que los extranjeros muestran más interés que los propios mexicanos. La música no es ajeno a esto y desde hace varios años, representantes de los más lejanos países han hecho sus propias interpretaciones de cómo imaginan México.

En ese mismo sentido, Tequilasavate es un one-man-band francés que desde hace poco más de un lustro inició su proyecto inspirado por México, en especial por la lucha libre, las piñatas, el Día de Muertos, los mariachis, la comida y el tequila.

Armado de una guitarra sucia y vieja, además de un bombo oxidado con el que marca el ritmo, su sonido no es demasiado distante al mostrado por otros de su tipo como Dead Elvis & His One Man Grave, Hombre Lobo Internacional, King AutomaticLightning Beat-Man. Se alimenta del blues más primitivo y el punk más salvaje para generar un rock & roll crudo, cantado en un español más o menos entendible que suele hablar sobre combatir seres extraordinarios como zombies, chupacabras y comer muchos burritos.

Con varios 7" y splits previos, este año Tequilasavate presenta su nuevo LP, editado en conjunto por los sellos franceses Bang! Bang! RecordsLa Face Cachéeen el que se acompaña del guitarrista que se hace llamar Hijo Bastardo para conformar una dupla carroñera de poder.

Con el subtítulo de 13 Canciones de Muertos, de Amor y de Burritos, el material grabado de manera precaria y con la menor utilización posible de tecnología, es un muestrario de sonidos sucios, podridos y cavernícolas. De forma complementaria, también se incluyen instrumentos invitados como trompetas, percusiones y órganos para darle cierta diversidad y diversión al álbum.

Dentro de los 13 temas del material destacan cinco que habían aparecido en varios de los ahora inconseguibles EP's previos del músico galo, como "Burrito" que hace pensar en un punto intermedio entre la música mariachi y el punk, justo como años antes lo experimentaron los noruegos Los Plantronics. Además, es justo recalcar que el propio Tequilasavate se encarga de dibujar las coloridas portadas de sus discos, en las que busca retratar su visión de México.

Mientras existen mexicanos que reniegan de su cultura y sus orígenes, resulta casi inverosímil ver que a bastantes miles de kilómetros de distancia, un francés tomó diversos elementos que caracterizan al México real y fantástico para combinarlos con su rudimentario estilo musical y creó un divertido engendro.


1 comentario:

Unknown dijo...

Muy bueno, me considero fan de las one man bands. Complicado que venga mi Tequilasavate con su hijo bastardo.

Saludos.