lunes, 21 de marzo de 2016

Reseña libro: Bernard Sumner - New Order, Joy Division Y Yo (Editorial Sexto Piso, 2016)




Dentro del mundo musical a nivel profesional hay personas que sin deslumbrarse por el estrellato ni sufrir transformaciones causadas por el éxito y la fama, disfrutan de su relativo anonimato y se sienten más cómodas al trabajar lo más alejado posible de escándalos, tal es el caso de Bernard Sumner, integrante de dos de las bandas más importantes en la historia de la música contemporánea: Joy Division y New Order.

Es New Order, Joy Division Y Yo, recién publicado por primera vez en castellano por la editorial Sexto Piso, el pretexto idóneo no sólo para conocer a fondo la historia del músico inglés, sino también para adentrarse en momentos específicos de la historia de la música de Manchester desde la óptica de Sumner, quien se ha enfrentado a todo tipo de adversidades, desde las económicas hasta encarar la muerte de personas cercanas, su relación con Factory Records, el club The Hacienda y vivir el mundo del alcohol y las drogas sintéticas.

El libro cuenta con la enorme virtud de estar contado sin ningún tipo de tapujo ni vergüenza, por lo que se podrá conocer a detalle desde la forma natural en que surgió el oscuro sonido de Joy Division, la forma en que se encaró el suicidio de Ian Curtis, los motivos que llevaron a los sobrevivientes de la banda a incursionar en la música electrónica y hasta la reciente enemistad con Peter Hook.

La historia personal de Bernard es, a su vez, un ejemplo de que no existe adversidad imposible de enfrentar. La madre del músico era paralítica y jamás conoció a su padre, además de que su posición económica le impidió muchas cosas, como estudiar en una escuela de arte, pero ante cada obstáculo siempre se incrementaban sus intensiones de superarse.

La primera guitarra eléctrica que Sumner tuvo entre sus brazos fue a los 15 años, pero sus limitaciones económicas lo obligaron a tener que aprender los mínimos conocimientos de su ejecución a través de manuales y revistas. Jamás tomó clases profesionales y tal vez de ahí viene buena parte de su particular forma de ejecutarla en Warsaw y su posterior cambio de nombre a Joy Division.

De igual forma, el guitarrista explica que es el entorno y la vida misma de los músicos los que se encargar de moldear el sonido de las bandas. Menciona que así como sería imposible imaginar a un grupo como The Beach Boys, surgido en una época de bonanza en las playas californianas, interpretar un género distinto al rock & y roll festivo y surf vocal con el que se dieron a conocer, o pensar que Kraftwerk, originarios de la industrial Alemania post guerra, crearían sonidos diferentes a los robóticos y mecánicos con los que se volvieron famosos, también pasó lo mismo con Joy Division.

Es interesante leer que en un inicio, fueron Velvet Underground, Iggy Pop y los Sex Pistols los culpables del sonido oscuro de Joy Division; sin embargo, tras la sorpresiva muerte de su vocalista, Ian Curtis, los miembros restantes desecharon la idea de continuar el proyecto con el mismo nombre y sonido, por lo que fue el propio Bernard quien le sugirió a sus compañeros que ahora se adentraran el la música electrónica, motivado por su fanatismo hacia Kraftwerk y los sonidos emanados de Nueva York a finales de los setenta. El resultado fue bautizado como New Order, que a la fecha es una de las bandas que mejor ha sabido fusionar el rock con los sintetizadores.

El libro está plagado de anécdotas de todo tipo y aunque en la parte musical los ejes rectores son Joy Division y New Order, también se menciona el trabajo de los otros dos pequeños proyectos, de culto, en los que ha participado el guitarrista: Electronic y Bad Lieutenant, además de su colaboración en los filmes 24 Party People y Control, que documentan el pasaje musical de Manchester y la historia de Ian Curtis al frente de Joy Division, respectivamente.

Con el peso que significa ser uno de los responsables de al menos dos de las canciones más importantes y emblemáticas en la historia del rock ("Love Will Tears Us Apart" y "Blue Monday"), Bernard Sumner narra su vida sin falsas pretensiones y sin la necesidad de alardear de nada porque, a final de cuentas, es un músico que se siente más cómodo en la tranquilidad de la oscuridad que en el deslumbramiento de los reflectores.

Sumner, Bernard
New Order, Joy Division Y Yo
Editorial Sexto Piso
España, 2016
376 pp




3 comentarios:

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