Con exactamente el
mismo sonido con el que se dieron a conocer, el pluricultural conjunto MFC Chicken acaba de lanzar Solid
Gravy, su segundo álbum,
nuevamente con el sello inglés Dirty WaterRecords, y el resultado es una fiesta para oídos.
Conformado por
integrantes de distintas nacionalidades que por azares del destino coincidieron
en Londres, desde un inicio se
propusieron crear un grupo que reuniera el sonido del rock & roll cincuentero con el primigenio garage, o como ellos suelen afirmar: “la música que The Sonics
escucharían en la actualidad”.
Pese a lo corta de su
trayectoria, ya han realizado giras por una buena cantidad de países europeos y
en todos han dejado una grata impresión. Es imposible resistirse a bailar con
semejantes piezas musicales que hacen pensar en nombres hoy legendarios como Little Richards, Fats Domino y Chuck Berry;
es puro rock & roll cuando empezó a ser conocido con esa denominación.
Los 14 temas del álbum,
presentados en monoaural para
recordar el sonido de antaño, son netamente festivos; los que quieran baladas, sonidos
orquestales o piezas rimbombantes creadas por personas que se han pasado la
mitad de sus vidas en un conservatorio, que busquen en otro lado.
Mientras en
“Pocahontas” se hacen valer de primitivos gritos que hacen pensar en personas
con lanzas y caras pintadas, en “Voodoo Chicken” la estrella es el ardiente
saxofón que arrasa con todo. Y como la vida es una eterna broma, en “M.F. Sea
Chicken” juegan con el lenguaje en el título para presentar un tema
instrumental con raíces surferas.
MFC
Chicken podrían ser
los primos lejanos –o tal vez cercanos– de Los
Mambo Jambo porque en ambos se
aprecia un licuado sonoro infalibre contra la aburrición; además, los dos son
tan hiperactivos que no paran de lanzar nuevos materiales y ofrecer la mayor
cantidad de conciertos posibles por todo el mundo. Los beneficiados, de forma
natural, somos nosotros de poder disfrutarlos.
2 comentarios:
Suenan muy bien....
un saludo.
Gracias. Igualmente.
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