Sonar simples pero efectivos, lograr transmitir toda su energía durante sus presentaciones y obtener un sonido en el que no hay lugar para el virtuosismo ni la faramalla son sólo algunos de los objetivos que desde un inicio se plantearon Benjamín Sánchez (bajo y voz), Irvin Canseco (guitarra) y Guillermo Prado (batería), quienes conforman la nueva banda capitalina de rock seco y directo Vete Al Diablo.
En su aventura musical, los tres amigos decidieron tomar el camino más honesto posible y crear un sonido en estudio que ellos mismos pudieran recrear en sus conciertos. Su estilo es igual de contundente que el nombre del grupo y para ser congruentes, las letras de sus canciones son la banda sonora de cualquier habitante de una gran metrópoli que sólo busca disfrutar el presente sin tener que preocuparse por un futuro incierto que tal vez nunca llegue.
La primera muestra del trabajo del conjunto es el álbum Música Fácil Para Una Vida Difícil, que a través de siete temas deja sentir una fuerte influencia de bandas mexicanas como Los Esquizitos en su faceta de rock de cochera, además de una notoria carga del punk inglés del 77.
Después de la instrumental "VAD", protagonizada por un bajo feroz y que se encarga de abrir el disco, el trinomio muestra en temas como "Vida Fácil" y "Soledad" un sonido seco como desierto en el que resalta Benjamín con su voz de cadáver, quien se encarga de escupir frases cortas que buscan engancharse en lo más profundo del inconsciente colectivo de la audiencia.
Mientras algunas bandas están en busca de la perfección o quieren lograr un estilo más fastuoso que una montaña rusa, existen otras como Vete Al Diablo que tienen una forma diferente de apreciar las cosas y optan por la simpleza realista.
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