Tuvieron que pasar décadas para que el cine mexicano fantástico, que engloba el horror y la ciencia ficción, empezara a ser valorado... ¡por los propios mexicanos! Durante años, los críticos que a todo le quieren encontrar mensajes filosóficos y psicomagia se encargaron de vilipendiar y denostar todas las películas nacionales de historias absurdas y bizarras que con sus pequeños o grandes presupuestos, lo único que buscaban eran entretener a las familias que asistían a las enormes salas de proyección de la época. Parece que a todos se les olvidó que desde los hermanos Lumière, el cine fue concebido como un mágico medio de entretenimiento y nada más.
Ahora, llega hasta nuestras manos el libro Mostrología del Cine Mexicano, elaborado por Marco González Ambríz, José Luis Ortega Torres, Octavio Serra Bustamante y Rodrigo Vidal Tamayo, todos integrantes de Revista Cinefagia, sitio mexicano que desde hace 13 años se ha dedicado a darle cabida al cine en sus más disímiles vertientes, desde las películas taquilleras de Hollywood hasta el llamado cine de arte, y en medio de todo esto también abarcan el cine oriental (más allá de la industria de Japón y Corea del Sur), los videohomes nacionales, el gore, Bollywood, exploitation, serie Z y los trabajos de nicho.
Si bien, Cinefagia ha derivado en muchos proyectos alternos (por ejemplo programas de radio por internet, el programa de televisión Paracinema y el festival de cine de horror #MasacreEnXoco que se realiza a final de año en la Cineteca Nacional), los integrantes de la revista decidieron extender su trabajo ahora al medio impreso y publicar su primer libro.
En esta obra, los cuatro autores crearon la pseudociencia bautizada como Mostrología en la que analizaron a 50 de los principales mostros (variación de "monstruo" en un intento por volver el término más mexicano) que han poblado las producciones nacionales a lo largo de la historia. Visto de otra forma, aquí aparecen desde la protagonista de la película La Llorona, de 1933, hasta el niño de la cinta Kilómetro 31 del 2006.
Para poner en contexto, para la investigación completa de este libro se requirieron cerca de dos años en los que se llegaron a enlistar alrededor de 200 personajes, aunque al final sólo aparecen 50; además, se requirió de un serio proceso para recabar todas las imágenes que acompañan las páginas del libro y los datos técnicos de cada película. Por otra parte, al momento de redactar cada una de las biografías mostrosas, cada uno de los autores sacó el ingenio propio del mexicano y mediante el caló popular, se escribieron textos que fácilmente podrían estar emparentados con cualquiera de las letras de las canciones de Botellita de Jerez, por ejemplo. El defecto, si se le quiere considerar como tal, es que por la forma es que está redactado, parece muy difícil que los textos en su totalidad puedan ser entendidos por personas extranjeras o ajenas al habla del mexicano promedio.
Para poder agrupar a cada una de las criaturas, se dividió el libro en 10 categorías como lo son brujas, chamucos, momias y peluches; es decir, lo mismo es posible encontrar a personajes singulares que probablemente sólo pudieron concebirse en México, como es el caso del Vampiro Teporocho, el Macho Biónico o Chiquidrácula, hasta otros más solemnes emanados de la mente de cineastas que empezaron a ser reconocidos por la "crítica seria" hasta después de muertos, como Alucarda de Juan López Moctezuma o cualquiera de los personajes de la tetralogía del horror de Carlos Enrique Taboada.
De igual forma, es indudable que una obra de este calibre se basa en el aspecto visual y es aquí donde La Caja de Cerillos Ediciones jugó un papel fundamental al publicar el libro en gran formato y con un envidiable diseño que embellece todavía más cada una de las 160 páginas que conforman la obra.
En retrospectiva, son pocos los libros que se han publicado en México acerca de este tipo de cine desparpajado, divertido e inverosímil que en muchos casos sólo buscaba divertir y no ganar premios internacionales ni impresionar a nadie, si acaso se le puede relacionar con otras obras fundamentales como El Futuro Más Acá. Cine Mexicano De Ciencia Ficción, de Itala Schmelz; ¡Quiero Ver Sangre! Historia Ilustrada del Cine de Luchadores, de Pepe Návar, Rafael Criollo y Rafa Aviña; Monstruos De Laboratorio: La Ciencia Imaginada Por El Cine Mexicano, de Rafael Villegas y los dos volúmenes de Carteles Sensacionales Del Cine Mexicano de Rogelio Agrasánchez Jr.
Y es así, entre la investigación seria y la redacción ingeniosa, que estos cuatro "científicos" confeccionaron un libro que busca homenajear y rendir tributo a los robots de cartón, los vampiros de pacotilla, las momias de hule y los charros galácticos que, a pesar del desprecio de muchos, sirvieron para dotar de identidad a la cinematografía mexicana.
1 comentario:
Me encanta el blog!
Felicitaciones por cada publicacion!!
Es genial ser parte!
besos
Publicar un comentario