miércoles, 12 de agosto de 2015

Reseña: Electric Shit - Electric Shit (Independiente, 2015)




Las composiciones de los músicos por lo regular siempre son el reflejo de la vida misma de sus creadores, por lo que al escuchar el trabajo de una buena cantidad de los "roqueros" nacionales, con sus sonidos plastificados, endebles y/o con metáforas rimbombantes, uno pensaría que viven en cualquier parte del mundo menos en México.

Como un caso atípico está Electric Shit, trío capitalino que, a diferencia de la mayoría de sus colegas, no son virtuosos, carismáticos o amigables... pero eso a ellos les tiene sin cuidado. Mientras otros basan su reputación en sus relaciones públicas, la principal cualidad del conjunto oriundo del norte de la Ciudad de México es su honestidad.

Bien se dice que para obtener resultados diferentes se deben tener ingredientes diferentes y, en el caso de Electric Shit, aunque su intensión no es la de innovar o revolucionar el mundo de la música, sí se aprecia un profundo amor y respeto por el viejo blues estadounidense, la música con la que los esclavos afroamericanos exorcizaban sus demonios y que, algunas décadas después, dio origen al rock & roll.

Con un origen acústico motivado por el bajo nivel económico de sus primeros intérpretes, quienes ni siquiera tenían dinero para comprarse una guitarra y como Son House, sólo contaban con su voz para expresarse, fue hasta que algunos años más tarde, con la electrificación del blues, surgieron nombres hoy indispensables en cualquier enciclopedia musical, como Muddy Waters, Bo Diddley y Howlin Wolf, que el rock & roll mostró un sonido mucho más salvaje y contestatario. Ahora ya no sólo era lo que se decía sino cómo se decía.

Muchas décadas después y no en el río del delta de Mississippi sino a la orilla de la San Felipe de Jesús, tres vecinos optaron por adentrarse en la música del pasado en lugar de intentar vislumbrar el futuro. Después de escuchar hasta el hartazgo sus discos de Robert Johnson, The Stooges, MC 5, Tex-Tex y Three Souls In My Mind, decidieron que era momento de hacer su propia interpretación de la música. Para poder llegar al punto actual, primero participaron en otras agrupaciones como Los Hermanos Rajuela y The Black Soul Trio y, aunque no se arrepienten de sus primeros pasos, el tiempo que realmente importa es el presente.

Con la honestidad como máxima característica, el trío se ha encargado de construirse su propio camino. No forman parte de ningún colectivo ni tienen amigos famosos que les faciliten las cosas, por lo que cada paso que han dado les ha costado mucho más que sudor.

La primera muestra de trabajo del conjunto fue el CD-single Downtown Blues, lanzado a finales del 2012 en un pequeño tiraje de colección y aunque tuvieron que transcurrir cerca de tres años para que por fin viera la luz su primer álbum, el motivo del retraso es muy simple: tuvieron que ahorrar lo suficiente para poder hacer las cosas a su gusto y a su ritmo.

Los pequeños detalles son los que hacen las grandes diferencias y en el caso de este material, desde el empaque llama la atención. Pese a que fue lanzado en formato de disco compacto, viene en una funda que asemeja a las de los vinilos de 7". Ya en el aspecto musical, lo conforman siete temas de sonidos desgarradores de blues-punk que muestran la espontaneidad del momento con sus guitarras afiladas y con los berridos flameantes de Marco. Llama la atención que incluyeron nuevas versiones de los temas "Downtown Blues" y "All My Troubles", pero ahora con un sonido más crudo y que intenta asemejarse más a lo que logra el trío en sus presentaciones.

En una época en la que parece que el rock mexicano ha sido domesticado y cumbianizado, Electric Shit se diferencían del resto porque son de los pocos necios que optan por revivir la rebeldía original de lo que alguna vez se llamó rock & roll.


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