Después de tres 7", dos splits, un par de apariciones en compilaciones y con una trayectoria de poco más de una década, por fin fue lanzado el primer LP de Los Monjo, el secreto mejor guardado del punk mexicano (más información en esta entrevista con la banda).
Este cuarteto conformado por tres hermanos y un primo, todos de apellido materno Monjo, son originarios de Guadalajara pero, a diferencia de la mayoría de bandas mexicanas del mismo género, su principal característica radica en las bandas que los motivaron a agarrar sus instrumentos y empezar a hacer música.
Mientras que el punk rock californiano, inglés y hasta argentino ha sido el predilecto por las bandas mexicanas para tomarlo como influencia -o de plano imitarlo-, este grupo tapatío se alimenta directamente de las bandas de punk españolas y vascas de los ochenta y principios de los noventa. La razón es sencilla: cantan en su mismo idioma y hablan de problemas sociales con los que se identifican.
Para La Vida Que Todos Envidian, su álbum debut, Peter, René, César y Tucho compusieron ocho temas propios porque no querían repetir ninguna de las canciones que previamente han grabado y también porque no son adeptos a los covers. De esta forma es que uno se encuentra con canciones como "Rock Basura", en la cual hacen una crítica al negocio en el que se se ha convertido el rock; en "Hey Tú (Hazlo Tu Mismo)", que arranca con un enfermizo bajeo, optan por pregonar la idea de la autonomía e invitan a la sublevación, que a final de cuentas es la forma en que siempre han trabajado; y en "Decepción" hacen un retrato de cómo es vivir en México, un país que vive de promesas no cumplidas y buenos deseos, pero nunca de acciones.
Lo que tienen en común todas las canciones de disco es que hablan del México real, el país en el que viven más de 80 millones de mexicanos, en donde reina la pobreza, la corrupción y las mentiras. Aquí no hay nada de metáforas absurdas que para eso ya existen Caifanes y Café Tacuba.
Editado exclusivamente en vinilo por Discos MMM para Estados Unidos y Trabuc Records para Europa (bastante extraño que ningún sello mexicano se ha interesado en ellos) en un tiraje limitado de 500 copias (75 de ellas en vinilo transparente) es, desde ya, uno de los álbumes nacionales indispensables de este 2014.
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