martes, 14 de noviembre de 2017

Reseña: Escobar - The Biggest Sound (Dirty Water Records USA / Adrenalin Fix Music / Beast Records / Strychnine Recordz, 2017)




Con más de dos décadas de experiencia, el sello londinense Dirty Water Records se ha consolidado como uno de los más importantes del mundo gracias a su cuidada selección de material, siempre especializada en rock & roll, pero en un intento por expandirse y alcanzar nuevos territorios, ahora nació su filial Dirty Water Records USA, la cual contará con el mismo objetivo.

Con sede en Phoenix, Arizona, y con la gestión de Nicole Laurenne (cantante de The Darts), el primer lanzamiento del sello es el tercer LP de Escobar, un dueto de punk & roll surgido en las calles de Francia y el cual está conformado por Remi Lucas (guitarra y voz) y Charly Cailleaud (batería).

Aunque en apariencia el binomio pueda parecer nuevo por haberse formado apenas en el 2014, en realidad entre sus integrantes se encuentran miembros de reconocidos proyectos como The Anomalys, Weird Omen, The Bushmen y Daria, además de ser bastante prolíficos y desde el 2015 han publicado un álbum cada año.

En esta ocasión, su nueva placa presenta 12 composiciones propias en las que se escucha un sonido que se inclina hacia el rock & roll en su formato más clásico pero creado con el mínimo de elementos y sin complicaciones. Son piezas que respetan la estructura clásica de una canción pero que transpiran energía en cada nota.

Desde la abridora "Terrible Man" se pueden escuchar los gritos desgarradores de Remi acompañados de una batería que sin buscar protagonismo, sólo se encarga de servir de complemento y redondear el sonido del dueto. Por otra parte, "Big Town" recuerda al sonido primigenio de los Pixies y en "Changeover" se asoman ciertas referencias al sonido de frenético de proyectos alternos de los integrantes, como los ya mencionados The Anomalys.

Con un sonido sencillo pero bien ejecutado, Escobar demuestra por qué es considerada como una de las bandas más productivas de la actualidad gracias a su acelerado ritmo de trabajo y además, el álbum funciona como carta de presentación para Dirty Water Records USA, un sello que tiene la difícil pero no imposible tarea de igualar en importancia lo alcanzado por su contraparte inglesa.


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