domingo, 19 de abril de 2015

Reseña: The Juke Joint Pimps - Boogie Pimps (Voodoo Rhythm Records, 2015)


La Voodoo Rhythm Records, propiedad del demente Reverend Beat Man, siempre es garantía y a la vez sinónimo de eclecticismo musical, como lo reafirma el álbum más reciente de The Juke Joint Pimps, dueto alemán de blues power que parece haberse perdido en el tiempo.

Originalmente eran un trío, pero tras la salida de uno de sus integrantes, los que actualmente conforman a The Juke Joint Pimps son Mighty Mike (batería, arpa y voz) y T-Man (guitarra). La primera observación, bastante obvia, es que la música emanada por esta dupla nos hace pensar que estamos en una taberna del delta de Mississippi de inicios del siglo XX; eran los tiempos en que el blues servía como llanto y desahogo para la raza afroamericana relegada al esclavismo.

Pero no todo es tristeza aquí, el binomio también le inyecta ciertas dosis de furia y especialmente electricidad a sus temas. Es algo similar a lo que retrata la película Crossroads (Walter Hill, 1986) y que, sin duda, fue la génesis para que años más tarde surgiera el rock & roll que enamoraría a millones de personas alrededor del mundo.

Su sonido crudo y descarnado recuerda (y mucho) a los españoles de Guadalupe Plata y a los neoyorquinos de Daddy Long Legs. En una frase, suenan a lo que hubiera pasado si The Black Keys nunca se hubieran vuelto famosos y siguieran tocando en su sótano polvoriento y lleno de mugre. Dicho de otra forma, no hay mejor forma de avanzar que conocer el camino por el que muchos transitaron.

Al combinar la tristeza del blues con el poder del rock, lo que The Juke Joint Pimps logran es condensar el espíritu de Hound Dog Taylor, la afilada guitarra de B. B. King y la rasposa voz de Howlin' Wolf. Para muestra están "Let's Do The Hippie Dance" y "The Devil Is In The Details".

Para la grabación de este material, los germanos se trasladaron a unos estudios analógicos ubicados en Italia y en tan sólo dos días grabaron los 14 temas que conforman Boogie Pimps. Nada de buscar el perfeccionismo o repetir tomas ad infinitum porque, en los tiempos originales del blues, no había tiempo (ni dinero) para permitirse esos lujos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Se ve muy feo así tu blog